Cómo dar un masaje de próstata. Las razones pueden ser médicas o sexuales, pero en ambos casos se debe hacer con cuidado
Boletin 16 | año 2

Antes de realizar cualquier intento de masajear la próstata de tu compañero, lo mejor es que investigues dónde se encuentra exactamente. La próstata es un órgano que se sitúa enfrente del recto y en la salida de la vejiga urinaria y sólo se puede acceder a él por vía anal.

Al hacer un masaje de la zona lo que haces es estumular la glándula prostática, hecho que puede producir en el hombre un grato placer sexual y hasta un orgasmo con la consiguiente eyaculación. Pero la próstata también es uno de los órganos genitales internos más importantes para el varón, ya que sus células producen parte del líquido seminal que protege y nutre a los espermatozoides.

Tocando convenientemente, se pueden expulsar el semen de manera directa.

Este tipo de masaje no solo se utiliza entre amantes. De hecho, lo más normal es que sea por causas médicas. El masaje puede hacerse por medio de los dedos, con un consolador o con instrumental médico adaptado para la ocasión.

En Japón se ha comercializado un masajeador prostático, y se puede encontrar en los sex-shops a modo de juguete sexual. Dicen que los masajes son altamente beneficiosos para aquellos que sufren de prostatitis crónica o de hiperplasia benigna.

Sin embargo, no es conveniente utilizar dicho procedimiento en los casos de prostatitis infeccionsa porque puede ocurrir que se propicie la expansión de la infeción a otros órganos adyacentes.

Para hacer un buen masaje prostático debes presionar o frotar la zona, pero muy suavemente y con cuidado. Es mejor que te centres en los bordes, ya que es en el centro donde se concentran la mayoría de los nervios y puede llegar a molestar.

Como precauciones, no olvides lavarte las manos convenientemente o incluso utilizar guantes de látex para evitar infecciones. No presiones muy fuerte ni tampoco muy seguido, ya que este masaje puede comportar ciertos riesgos. Si se ejerce una presión muy fuerte repetidas veces, se pueden producir problemas de hemorroides o incluso gangrena de Fournier, de la que ya te hemos hablado aquí.

Los aficionados a esta experiencia sexual aseguran que se debe tener paciencia, puesto que el orgasmo tarda en venir más de cuarenta minutos. Eso si no se combina con ninguna otra estimulación extra. En el caso en que ya dominéis la técnica, este tiempo se verá reducido, sobretodo si lo combináis con otros juegos sexuales que ayuden a facilitar el proceso.

Esperamos que estas indicaciones hayan servido a algunos para iniciarse en prácticas menos difundidas que otras.